Sabemos que hacemos las cosas bien porque operamos según un trading plan.
«Los marineros son muy jóvenes y están entrenados para hacer algo terrible e impensable. Si eso ocurriera alguna vez, la única seguridad que tendrán de estar haciendo lo correcto será por su creencia absolutamente incondicional en la firme cadena de mando.»
Película de submarinos protagonizada por Denzel Washington y Gene Hackman. Esta escena se produce por un pequeño enfrentamiento entre el primer y el segundo comandante dentro del submarino con el resto del personal presente. El primer comandante, Gene Hackman, recrimina al segundo de que no pueden discutir en público, ya que eso puede afectar y hacer dudar al resto de la tripulación. Estos saben que hacen lo correcto porque reciben órdenes claras y concisas del primer comandante ratificadas de forma contundente por el segundo.
En el trading nos pasa algo parecido. El mercado es muy variable, cambiante, tramposo y no nos lo pondrá fácil para que nosotros le saquemos un trozito de beneficio. ¿Cómo sabemos entonces, en cada momento, que estamos haciendo lo correcto? ¿Cómo sabemos que no estamos operando en base a presentimientos, conjeturas, sujetos al miedo o a la avaricia?
Respuesta contundente: porque seguimos un trading plan. Lo confeccionamos, lo probamos en simulado, nos daba una ventaja estadística y lo trabajamos en real. Es así de sencillo y así de difícil muchas veces.
Nuestro trading plan será nuestro primer y segundo comandante a la vez. Lo hemos de seguir fielmente, estar convencidos de que no nos fallará en un conjunto de operaciones, de que operando bajo sus premisas, nos llevará a la consistencia en el trading.
Cuando nos entren dudas porque tenemos una consecución de operaciones negativas, paremos si hace falta. Volvamos a los orígenes, a recordar cuando trazamos el trading plan, a recordar cómo nos funcionó en simulado, a recordar que en real nos ha dado buenas operaciones y que a la larga, funciona. Volvamos a recuperar la confianza en él y sigamos trabajando en esa dirección.
El trading plan es nuestro Santo Grial, nuestro jefe (que nosotros hemos creado), nuestro comandante y le hemos de obedecer sin la menor duda, sin la menor desconfianza.