El trading me ha cambiado.

Económicamente hablando, tuve una buena infancia y una adolescencia dónde tuve que buscarme las castañas. Mis padres tuvieron bastantes baches a partir de, aproximadamente, mis 15 años y tuve que pagarme yo los gastos que tuviera, daba clases, hacía de canguro,…y a partir de los 18 siempre he trabajado, compaginando los estudios en la Universidad de Barcelona donde hice Administración y Dirección de Empresas con trabajo por las tardes y fines de semana. La Universidad la pagué gracias a las becas que iba obteniendo cada año y hacía algún día de vacaciones trabajando en verano de lo que fuera, hasta puse los papelitos de «sacar multas»en los parabrisas de los coches, junto con mi marido, que todavía no lo era, para poder irnos unos días en agosto. Mi vida era sencilla, pero no le daba la más mínima importancia, yo era feliz.

Pero hacia los 25 años entré a trabajar en una entidad bancaria y ese mundo me cambió un poco. Te ves envuelto en un buen sueldo, en prestaciones varias y en algunas personas, no todas, con cierto esnobismo. Y empecé a darle más importancia al dinero y a cosas que realmente no son importantes. Siempre he sido muy trabajadora y ambiciosa y sólo tenía una cosa en la cabeza, ascender y ganar más.

Por suerte, hay dos cosas en mi vida que me han tenido muy aferrada a mi verdadero yo y nunca se me ha ido demasiado la cabeza: mi  marido, que él siempre ha tenido las cosas muy claras y el deporte, más concretamente la montaña y todo lo que ésta transmite de verdadero. Ya cuando hicimos el cambio de residencia a Bagá, un pequeño pueblecito de montaña a una hora de Andorra, hará 7 años, me volví a encontrar conmigo misma y cuando hice el giro profesional, todavía más, pero no del todo.

Cuando empecé a hacer trading, seguía teniendo pájaros en la cabeza, valoraba demasiado el dinero y todo este mundo. Pero en estos 3 años, las cosas han cambiado mucho. He tocado fondo en muchos momentos, emocional y económicamente, he sufrido mucho y mis ahorros se han invertido en sacar esto adelante. El camino ha sido muy duro y todavía no ha terminado. Pero gracias a ello, he vuelto a valorar más las cosas y a dar importancia a aquello que realmente la tiene y a encontrar absurdo y estúpido a cosas muy superficiales, que creía que tenían valor.

Y ahora soy muy feliz. Toda esta trayectoria me ha devuelto a mi verdadero yo. Por fin, puedo preguntarme ¿qué es éxito para mi? y sé qué responder y con contundencia. Para mi éxito no es llegar a lo más alto en una profesión, ser directiva de una empresa, ganar mucho dinero… No. Ahora lo veo muy claro. Eso, nunca me ha hecho feliz, siempre había cierta incomodidad que no sabía de dónde venía. Y venía de no ser yo misma. Para mi el éxito es ser feliz cada día con lo que hago y levantarme cada mañana con ilusión y ganas de empezar el día, que lo que haga me llene y disfrute con ello. Y seguiré luchando día a día para que esto siga así, haciendo trading o dónde la vida me lleve.

El trading me ha hecho volver a encontrarme conmigo misma y siempre le estaré agradecida por ello, pueda o no pueda ser mi última profesión.

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