Hace ya algunos años, una actriz y cantante estadounidense llamada Lena Horne dijo: «No es la carga lo que te destruye, sino la forma en la que la llevas».
Los que operamos en los mercados, sabemos lo largo y difícil que es este camino para llegar a ver resultados consistentes. Y sabemos lo duro que puede llegar a ser, ver como pasan los días, los meses y los años y no ver la luz al final del túnel.
Es cierto, este oficio es así. Tiene una cara maravillosa, te puede llegar a dar mucho, no solo económicamente hablando, sino también en conocimiento de ti mismo y en algo que no tiene precio, en tiempo. Puedes ganar un dinero en un espacio de tiempo muy difícil de conseguir en otros empleos.
Pero tiene también la otra cara. La dura. Y todo lo que tiene de extraordinaria la cara «buena», lo tiene de dureza la «mala».
El trading tiene de entre sus características, que te enfrentas contigo mismo y eso cuesta. Es difícil porque nos pasamos la vida haciendo todo lo contrario de lo que requiere este oficio si quieres ver resultados. Por tanto, lo que debemos hacer en el trading, no es lo que nos gustaría y solemos hacer.
No nos gusta perder y de hecho, nos educan a que no lo hemos de aceptar. Desde pequeños es algo que no está bien visto y nos esforzamos para que no ocurra. Este sesgo 100% humano lo llevamos muy dentro. ¿Pensamos que en un plis plas nos cambiará la mente y aceptaremos la pérdida como algo natural? No.
Perder va a doler y perder un día y otro día, mes tras mes e incluso años, ¡aguántalo! Aunque económicamente no estemos hablando de grandes cantidades, la frustración que tendremos que soportar es alta y no todo el mundo está dispuesto a pagar este precio en su persona.
Además, el no aceptar la pérdida como parte de este oficio nos lleva a cometer muchos errores consecuentes de ello.
Primero, ya de partida pensar que perder es parte del proceso. Error. Perder es parte del oficio, ahora y siempre. No hay ganancias sin pérdidas, porque el trading es probabilidad y esto cuesta asumirlo.
Es difícil tomar conciencia de que se puede y de que se perderán operaciones. Esa negación hace que nos pasemos todo el tiempo buscando el error. ¿Qué ha fallado? ¿Qué fallo tiene el sistema? ¿Tendré que cambiarlo? ¿Tendré que buscar otro sistema? ¿Otra vez tengo que buscar más formación? No. No busques en el exterior el error. Puede que no haya que buscarlo en el interior tampoco. A lo mejor, no está en nosotros el problema.
Entonces, ¿dónde está? La respuesta es: quizás no está en ningún sitio, quizás no hay error. Llegados a este punto, uno puede preguntarse: ¿Y por qué perdemos? Porque perder forma parte del trading, no se puede evitar. Por mucho que sepas de este oficio, por muy bueno que sea tu sistema, por mucho que te empeñes, jamás podrás evitar perder. No hace falta el error para perder en los mercados.
Si uno tiene conocimientos, tiene un sistema estadísticamente rentable, lo aplica correctamente y pierde en una operación, puede pensar: ¿Dónde está el error? ¿Y ahora qué ha fallado Yo lo he hecho todo bien… Es que ni así lo consigo… Nos suena, ¿verdad?
Amig@s, perderemos en algunas operaciones, este juego es así. Lo tenemos que aceptar, aquí no podemos «arreglarlo» todo, no siempre hay una causa. Y debemos explicarle todo esto a nuestro amigo/enemigo «ego». Porque todos, como seres humanos que somos, lo tenemos. Unos más que otros, pero está ahí. Y él no lo va a permitir. Al ego no le gusta perder y va a hacer todo lo que esté en sus manos para evitarlo y para recuperar lo perdido, si es lo que ha ocurrido.
Aquellos días en los que «sacamos la metralleta» y acabamos sobreoperando, ya sin saber ni lo que estamos haciendo… ¿Por qué creéis que ha sucedido? Pues porque algo ha activado tu ego, tal vez una operación perdedora y ha entrado en escena nuestro principal autosaboteador. Te ha dicho: «No permitas perder, ¡no lo aceptes!».
Pero debemos explicarle que perder (cuando ha sido un factor de probabilidad) en este oficio es algo natural y necesario, no hace falta darle la vuelta al día ni buscar venganza. Ha ocurrido hoy y volverá a ocurrir otro día. Nuestro ego debe aceptarlo.
Pero todo esto es difícil y muy complicado de asimilar e interiorizar porque no está dentro de nuestra naturaleza. Por ello, duele. Porque no conseguimos entenderlo ni conseguimos cambiarlo. Entonces aparece la frustración, el abatimiento, el cansancio, el sentimiento de derrota, la desilusión… y puede acabar afectando mucho a nuestra vida personal.
Sabiendo que este camino es lento (como cualquier otro oficio), que el proceso de aceptación de la pérdida puede durar algún año que otro y que ello llevará asociado mucho dolor… mientras tanto: ¿Cómo lo podemos sobrellevar nosotros? ¿Cómo aguantamos toda esta frustración?
Es muy fácil saber la teoría pero habrá días que sucumbiremos al ego, nos fallaremos a nosotros mismos, sobreoperaremos para recuperar la pérdida, moveremos stops… ¿Qué hacemos con esos días que se vuelven negros? ¿Cómo salimos de ellos? ¿Qué herramienta tenemos para seguir un día más, un mes más…?
Relativiza.
Sabes toda la teoría. Sabes que, como ser humano que eres no aceptarás las reglas del trading fácilmente. Llegarás a comprenderlo pero te llevará su tiempo, es un camino que hay que recorrerlo, sí o sí.
Acepta que este día es solo un escalón más que has de superar de toda la escalera que debes subir. El día en sí mismo no tiene importancia dentro de todo este desarrollo personal que has de pasar, solo es un paso más.
Mírate con perspectiva, como si te estuvieras viendo desde arriba, como si estuvieras viendo una película. ¿Verdad que sabiendo lo que sabes pensarías que ese día negro no tiene tanta importancia como la que le está dando el protagonista de la película? ¿Verdad que le dirías que aprenda de los errores y pase página, que mañana será otro día?
Y se lo dirías con sinceridad, porque en tu interior sabes que es verdad. Recuerda eso en tus días negros.
Hemos de relativizar esos malos días de trading, aceptar que forman parte de este duro camino y que sin ellos no llegaremos a nuestro destino.
Y piensa también que no estás solo. Tod@s los que queremos recorrer este tortuoso camino, pasaremos por estos días y los tendremos que superar. No te desesperes ni te agobies, relativiza y no le des tanta importancia. De verdad, no la tiene.
Pensemos que con cada día superado, estamos un día más cerca de alcanzar nuestro objetivo.