Hace unos pocos días, en una clase del curso que estoy realizando de Mentoring, se habló de aquel elemento que marca la diferencia entre los mejores tenistas del mundo. Todos ellos son enormes profesionales, con una gran capacidad física y mucho talento.
Pero, ¿qué hace que uno sea el mejor en un partido o en una temporada determinada? ¿qué marca la diferencia?
Una mente preparada. Una mente capaz de asumir un punto perdedor, que no se vea afectado y pueda seguir jugando como si partiera de cero. Una mente que, cuando gana un set, se sigue esforzando y dando lo mejor de él mismo, como si acabara de empezar el partido. Una mente, que se resetea constantemente, una mente preparada para asumir una pérdida o una victoria sin que las emociones le dominen y le influyan.
Y, ahí radica un ingrediente fundamental para el éxito, aplicable al tenis, a otras profesiones y aspectos de nuestra vida y, por supuesto, al trading.
Ni qué decir que esto es totalmente opuesto al comportamiento humano y es aquí donde tenemos que trabajar y mucho.
Normalmente, nos influyen los acontecimientos cotidianos que se van sucediendo y ellos, nos pueden cambiar el día entero. Recordemos aquella llamada telefónica, aquel email, aquella conversación que nos dejó algo abatidos e hizo que el resto del día tuviera otro color.
Es muy difícil evitar esto, no somos robots y las cosas nos afectan.
Pues imaginaros algo tan emocional como ganar o perder dinero, en donde además se mezclan otros sentimientos, como el ego, la frustración, el deseo de venganza, la ira, … es una mezcla explosiva de emociones, que, no es para nada sencillo, apartar de uno mismo y seguir allí, sin ninguna influencia, ni positiva ni negativa.
Rafa Nadal dice en su libro: “Estar concentrado significa hacer en todo momento lo que sabes que tienes que hacer, no cambiar nunca tu plan, a menos que las circunstancias del peloteo o del juego cambien de un modo tan excepcional que justifiquen la aparición de una sorpresa. Pero en términos generales, significa disciplina, significa contenerse cuando surge la tentación de jugártela. Luchar contra esa tentación significa tener la impaciencia o la frustración bajo control”.
Tener las emociones controladas, dentro de uno mismo y sin que lleguen a activar una respuesta, ni en tu comportamiento exterior pero tampoco en el interior, es clave y significa que las emociones no te han de hacer cambiar tu conducta y a ser posible, ni tu estado de ánimo. Tarea nada sencilla.
Recuerdo en el pasado, en el intento de conseguir esta ansiada disciplina mental, que me grababa a mí misma con la cámara del ordenador. Quería ver mi expresión cuando perdía una operación, cuando ganaba, qué decían mis ojos, mis gestos… fue revelador. Descubrí, que me afectaba todo, cuando perdía una operación, a veces mi mirada se volvía triste, sentía frustración y otras veces, mi expresión era de ira y de deseos de venganza. Y así, día tras día, fui tomando conciencia de por qué y cómo se activaban mis emociones al operar. Tengo que decir, que empecé operando en la modalidad de scalping, con el subyacente del crudo y en gráficos de 1 y 5 minutos, todo un reto emocional difícil de esconder ante una cámara. Pero, al hacer este ejercicio repetidamente, asocié qué hechos activaban mis emociones internas y aprendí a gestionarlas y a controlarlas.
El primer paso para lograr ese control, es conocerse a uno mismo. Lo que parece una obviedad no lo es tanto y mucho menos cuando estás “en directo”.
Rafa Nadal, sabe que, si el partido depende del siguiente set, puede llegar a jugar muy influenciado por ello, ser más agresivo, jugársela. Otros tenistas, serán más prudentes, se les puede llegar a activar el miedo, … Sabéis de lo que hablo, ¿verdad?
Pues ese es el primer trabajo a realizar, conocerse, ¿cómo reaccionas ante una operación perdedora? ¿Te asalta el miedo? O tal vez, ¿eres de los que desean vengarse? Puede que esa respuesta dependa del por qué ha salido perdedora esa operación. Y cuando una operación sale ganadora, ¿se nos activa la euforia y nos volvemos más confiados? Ni qué decir cuando ganamos, por ejemplo, 300€ en una operación y luego los perdemos a los 15 minutos…
Analicémonos, estudiemos nuestro comportamiento, seamos conscientes de qué nos afecta y por qué.
Este trabajo mental adquiere otra dimensión que es la que marca la diferencia entre un gran tenista profesional o uno que no llegue a alcanzar el éxito en esta profesión.
Y este trabajo mental marcará la diferencia entre llegar o no a la consistencia.
Así es, no será el sistema, no serán nuestros enormes conocimientos técnicos, no será la elaboración de un Trading Plan de 20 hojas. No, será nuestra mente. Evidentemente, todo lo anterior son ingredientes necesarios, pero no suficientes.
Si tenemos un gran sistema, pero una mente débil, no lo conseguiremos.
Si tenemos un sistema sencillo pero una mente preparada, podemos llegar a la consistencia.
Trabajemos en esta dirección, grabémonos en vídeo mientras operemos, escribamos en un diario emocional al finalizar nuestra operativa de intradía, o nuestra jornada si operamos en swing, expliquémonos a nosotros mismos todo lo sucedido, como si se lo contáramos a alguien, salgamos a pasear o a hacer deporte y dejemos que nuestra mente se despeje y nos hable… ¿Acaso creéis que Rafa Nadal nació con esa mente ganadora?
Este trabajo mental no es una pérdida de tiempo, creedme, es la pieza que falta en nuestro puzle para conseguir un trading consistente.